viernes, 30 de mayo de 2008

Libertad a la New Age


Posiblemente el concepto de libertad ha hecho que muchos filósofos se partan el coco tratando de entenderlo. Los cristianos también tendemos a cuestionar las circunstancias de nuestro libre albedrío. Al fin de nuestro tiempo, daremos cuentas al Señor sobre cómo lo hemos utilizado. Por eso habrá explicaciones y razonamientos a los que habrá que oponernos.

El martes 27 de este año, se presentó en nuestra ciudad el Lama Ole Nydahl. Este hombre originario de Dinamarca es el líder más reconocido del budismo en Occidente. En su conferencia sobre el poder de la mente, tocó el tema de las religiones y la libertad.

"Si observamos a estas religiones abrahámicas (fundadas por el personaje bíblico Abraham) o de Occidente, el término general que podríamos usar para ellas es el de religiones de fe o creencia."

"(Las religiones orientales) no se basan en la fe o la creencia, sino en la experiencia, porque su objetivo es que al final nos convertimos en aquello en lo que nos enfocamos".

Es casi imposible que a uno, que se dice hombre cristiano, no se le revuelva el estómago al leer dichas declaraciones (y pongo la palabra 'declaraciones' luchando contra mis dedos para que no escriban algo que precisamente me haga parecer poco cristiano). ¿Qué acaso este hombre, docto en religiones, conoce tan poco del cristianismo?

No sé cómo conciba el señor Lama a la fe cristiana. Sobre todo no sé por qué piensa que la fe y la experiencia son cosas distintas y opuestas. Para nosotros la misma fe ya es una experiencia. Y una experiencia riquísima. Porque la fe de los cristianos no es un simple cúmulo de datos e ideas que decimos aceptar. Es más bien una serie de vivencias divinas que se impregnan en el alma y dan certeza.

No es una fe estática. San Pablo en su carta a los Gálatas dice que sólo es válida la fe que actúa por la caridad (Gal. 5, 6). Así, mientras el budista está meditando, purificándose de sí mismo para unirse al cosmos (o a la idea que tengan de la divinidad), el cristiano está en el mundo trabajando y sirviendo a los más necesitados. Son innumerables las obras de tanta gente que da su vida por el prójimo brindándoles alimento, techo, educación o simplemente y en pocas palabras: amor. ¿Qué esto no es una religión de auténtica experiencia? ¡Si nosotros estamos llamados a cambiar el mundo! Y sólo lo que es altamente experiencial transforma.

Pero bueno, donde metió la libertad creo que es donde introdujo la más extraña confusión. Esto dijo:

"Las religiones occidentales, como el judaísmo, el cristianismo y el islam, no pretenden llegar a convertirse en lo que creen, en Dios, por lo que su confianza siempre dependerá de un ser superior y no serán libres."


Esto ya sobrepasa la revoltura previa de estomágo. Es vomitivo.

Aquí se forma una extraña premisa en donde parecería que para ser más libre se necesitará tener una superioridad ontológica; es decir: ser superior a la naturaleza que ya se tiene. Expliquémonos. Sería decir que un pez que fuese pez-hombre sería más libre que un pez que simplemente fuese pez. Ciertamente tendría más facultades, pero no sería más libre en su naturaleza de pez. Para que un pez pueda ser más libre necesita ser más plenamente pez. Conforme mejor nade, tenga espacio correcto para hacerlo, pueda alimentarse y reproducirse debidamente, entonces el pez será un pez más libre. Un pez que fuera a actuar como humano perdería totalmente su libertad acuática. Dios es libre porque es plenamente Dios. Adán era libre porque era plenamente hombre. El pecado lo hizo esclavo y ahí tenemos nuestra guerra.

Un hombre para poder ser un hombre libre necesita ser un hombre en toda su plenitud; no ser Dios. Aquí tenenos las premisas panteístas del budismo que han impregnado en su totalidad nuestra cultura por medio del New Age.

Del Catecismo:

1731 La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza.

1732 Hasta que no llega a encontrarse definitivamente con su bien último que es Dios, la libertad implica la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, y por tanto, de crecer en perfección o de flaquear y pecar. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Se convierte en fuente de alabanza o de reproche, de mérito o de demérito.

1733 En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a “la esclavitud del pecado”(cf Rm 6, 17).

El hecho de que hacer el bien nos haga más libres radica en que el alma comienza a ser movida por un amor sobrenatural. Y esto ciertamente nos conduce a la plenitud de lo que significa ser hombre. ¿Cuál es el ejemplo perfecto de quien fue plenamente hombre? Basta con mirar hacia la cruz.


Mr. Lama podría decir que uno no puede ser libre mientras esté sujeto a un Ser superior; mientras uno no esté en su nivel y por lo tanto no sea autónomo. Sto. Tomás analiza cuidadosamente una cuestión que parece poner en entredicho lo que hemos establecido sobre la naturaleza de la libertad:


Objeción: "Como dice Aristóteles en su Metafísica, libre es lo autónomo. Por lo tanto, lo que es movido por otro no es libre. Pero Dios mueve la voluntad, porque dice en Prov. 21, 1: "El corazón del Rey está en manos de Dios, y Él lo dirige a donde le place." y en Flp. 2, 13: "Dios es el que obra en nosotros el querer y el hacer." Por lo tanto, el hombre no tiene el libre albedrío.


Pero él contesta: "El libre albedrío es causa de su propio movimiento, ya que el hombre se mueve a sí mismo a obrar por su libre albedrío. Pero la libertad no precisa necesariamente que el sujeto libre sea la primera causa de sí mismo. Para que una cosa sea causa de otra, tampoco se precisa que sea su primera causa. Dios es la primera causa que mueve tanto las causas naturales como las voluntarias. Y así como al mover las causas naturales no impide que sus actos sean naturales, al mover las voluntarias, tampoco impide que sus acciones sean voluntarias. Por el contrario, hace que lo sean ya que en cada una obra su propio modo de ser."

Por último convendría recordarle a este hombre en qué Dios creemos. Nos parece absurdo y tonto que diga que los cristianos nunca seremos libres porque nuestra "confianza siempre dependerá de un ser superior." No confiamos en alguien que nos falle, en alguien que cambie de opinión, en alguien que no se rija por los más altos ideales. Confiamos en aquél que nos amó tanto que hasta dio a su Único Hijo para tenernos junto a Él.

Los cristianos encontramos nuestra verdadera libertad en la salvación que Cristo nos da por la fe en Él. No esperamos a ser (al menos en toda la expresión) Él, pero sí a unirnos con Él eternamente. Eso nos completa. Eso es la felicidad eterna que esperamos.

Dios tenga misericordia de todos aquellos que con su filosofía se preparan para la soledad eterna.