jueves, 22 de mayo de 2008

Corpus Christi... no un símbolo



¡Hoy celebramos la fiesta de Corpus Christi!

De todos los misterios de nuestra fe, la Eucaristía es el que más me impacta. Por eso festejo que hoy sea un día de precepto. Así nos vemos "obligados" a meditar sobre el Santísimo Sacramento. Aunque sin duda un día no alcanza ni para empezar razonablemente.

He tomado un pedazo de un escrito sobre la Eucaristía de una página protestante llamada
"Apocalypse soon: Respuestas a mis amigos católicos". El fragmento dice así:

La Biblia enseña que "la sangre de Jesús... nos purifica de cada pecado" (1 Juan 1:7). cerca de la teoría del sacrificio diario de Cristo, existe la tradición según el católico romano que la substancia del pan y el vino se cambia de hecho en el cuerpo y en la sangre de Cristo.Este hecho viene llamado el milagro de la transubstanciaciòn. Esta tradición se introdujo en la Iglesia alrededor de los 380 d.C.. se volvió dogma de fe en 1215 y los católicos empezaron a arrodillarse delante de la oblea en la 1226.La Iglesia, aceptando esta tradición, intenta sostenerla como palabra de Jesús: "Éste es mi cuerpo", pero estas palabras no enseñan que el pan sufre un cambio literal, en la carne del cuerpo de Cristo. Jesús, después de haber dicho "éste es mi cuerpo", el llama al pan en el mismo pasaje tres veces "pan" (1 Corintios 11:24-28). El mismo pensamiento nosotros lo encontramos respecto al vino al que se llama "el fruto de la vid" (Marco 14:25), cuando en cambio ya habría tenido que ser cambiados en sangre. Asi que para poder interpretar literalmente las tres veces que se le llama pan , es necesario interpretar las palabras figuradamente "Éste es mi cuerpo" de la misma manera según interpretamos las palabras de Cristo: "Yo soy la puerta".


En la misa no sucede ningun cambio , mientras que en los milagros de Cristo esto era evidente. Cuando por ejemplo Cristo cambió el agua en vino, fue claro a todos que no se trataba ya más del agua, pero si de vino (Juan 2:9-10). Esto dicho asi, es imposible el cambio porque Cristo se encuentra corpóreamente en el cielo en la edad presente. Esto lo explica Pedro en Hechos 3:21 y se reafirmó en hebreos 10:12: "Éstos, después de haber ofrecido un único sacrificio por los pecados, se sentó por siempre a la diestra de Dios,". Cristo enseñó a sus discípulos hacer la cena santa en la memoria de él: "Haced esto en memoria de mí" (1 Corintios 11:24).

Revisemos esto cuidadosamente:

La Biblia enseña que "la sangre de Jesús... nos purifica de cada pecado" (1 Juan 1:7). cerca de la teoría del sacrificio diario de Cristo, existe la tradición según el católico romano que la substancia del pan y el vino se cambia de hecho en el cuerpo y en la sangre de Cristo.

La creencia que sostenemos de que en la Misa se hace presente el sacrificio de Cristo no se contrapone en ningún sentido con 1 Jn. 1, 7. Es precisamente esa sangre que se hace presente en el Cáliz y que fue derramada en la Cruz la que nos purifica. Llamar a esa doctrina "teoría del sacrificio diario" es una de las tantas formas de caricaturizar una creencia sustentable. Pero no es el tema de este post, ya que nos centraremos en si debe de entenderse que la Santa Cena es sólo un símbolo o sí realmente presenta el Cuerpo y Sangre del Señor. Por eso continuemos:

Este hecho viene llamado el milagro de la transubstanciaciòn. Esta tradición se introdujo en la Iglesia alrededor de los 380 d.C.. se volvió dogma de fe en 1215 y los católicos empezaron a arrodillarse delante de la oblea en la 1226.

¿380 D.C.? Existen escritos de los Padres de la Iglesia que hacen patente que la doctrina de la transubstanciación se sostiene desde los primeros tiempos de la Iglesia. Por dar un ejemplo:

Ignacio de Antioquía (110 d.C.):

Carta a los romanos, 7:3, "el pan es la carne de Jesucristo, el vino la sangre".

Carta a los Esmirniotas, 6:2-7:1, "algunos malos se apartan de la iglesia por no confesar que la Eucaristía es la carne de nuestro salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados"

Aquí se pueden ver varios más.

¿Se volvió dogma de fe en 1215? Es la típica confusión protestante en donde una declaración dogmática resulta igual que la creación de un dogma. La transubstanciación es dogma de fe desde que Cristo instituyó la Eucaristía. Que la Iglesia lo haya delcarado como tal, para aclarar la ortodoxia y combatir la herejía es algo muy distinto.

La Iglesia, aceptando esta tradición, intenta sostenerla como palabra de Jesús: "Éste es mi cuerpo", pero estas palabras no enseñan que el pan sufre un cambio literal, en la carne del cuerpo de Cristo. Jesús, después de haber dicho "éste es mi cuerpo", el llama al pan en el mismo pasaje tres veces "pan" (1 Corintios 11:24-28). El mismo pensamiento nosotros lo encontramos respecto al vino al que se llama "el fruto de la vid" (Marco 14:25), cuando en cambio ya habría tenido que ser cambiados en sangre.

Veamos el pasaje en cuestión, pero extendiéndonos un versículo más. 1 Corintios 11, 24-29:

23 Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»
25 Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío.»
26 Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.
27 Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor.
28 Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa.
29 Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.


Es cierto que después de la narración de la Institución se menciona nuevamente tres veces la palabra pan. Pero es importante observar que también ocurre con la palabra Cuerpo (dos veces mencionada).

Así, quien se acerca a comer de ese pan indignamente y sin discernir el cuerpo (!!) peca contra el Cuerpo del Señor. El decir que entonces ese pan no es realmente el Cuerpo nos llevaría a tener un pasaje con muchos desvaríos.

Decir que la palabra "pan" tendría que ser cambiada a "cuerpo" para indicar que sólo así Pablo no hubiera hablado simbólicamente es un argumento bastante forzado. Porque Su cuerpo es verdadera comida. ¡Su Cuerpo verdaderamente es Pan de Vida! El Señor se ha hecho pan y bebida para nosotros. El espacio impide analizar a profundidad el capítulo 6 del Evangelio de Juan que contiene este mensaje. Por el momento creo que al menos es claro que el argumento presentado no tiene una base considerable.

Asi que para poder interpretar literalmente las tres veces que se le llama pan , es necesario interpretar las palabras figuradamente "Éste es mi cuerpo" de la misma manera según interpretamos las palabras de Cristo: "Yo soy la puerta".

Son muchas las veces en el Evangelio de Juan en donde Jesús utiliza la fórmula "Yo soy..." Sin embargo, en el discurso sostenido en el capítulo 6 hay muchas claves para indicar que no se habla de un símbolo. Recomiendo el siguiente artículo, excelente para este estudio: Eucaristía: ¿Presencia Real o simbólica?.

Sólo quisiera por lo menos hacer ver que incluso la fórmula lingüística es distinta. Jesús dice "yo soy la puerta" para indicar que por Él se entra a la relación con el Padre, al Reino de los Cielos, a la Vida eterna. ¡En un sentido metafísico realmente es una puerta! Pero no aparece en el Evangelio que haya señalado a una puerta existente en una casa de la ciudad y haya dicho: "Esa puerta soy Yo." En cambio podemos decir que en la narración de la última cena, en resumen nos dice: "Este Pan y este Vino: soy Yo." ¡Interesante diferencia!

En la misa no sucede ningun cambio , mientras que en los milagros de Cristo esto era evidente. Cuando por ejemplo Cristo cambió el agua en vino, fue claro a todos que no se trataba ya más del agua, pero si de vino (Juan 2:9-10). Esto dicho asi, es imposible el cambio porque Cristo se encuentra corpóreamente en el cielo en la edad presente.

Que bueno que de forma ordinaria (porque extraordinariamente sí) el pan y el vino al ser consagrados y convertidos en el Cuerpo y la Sangre del Señor no cambian su aspecto físico.

1. Sería difícil para el gusto comer y beber carne y sangre humana con sus respectivos accidentes (sabor, tacto, olor).

2. Sobre todo nos quitaría la oportunidad de mostrar una fe grande y sencilla. "Dichosos los que creen sin haber visto" (Jn. 20, 29b). La Eucaristía es una de nuestras más grandes pruebas de fe. Pero cuando se nos concede creerla con el corazón se vuelve también uno de los más grandes consuelos. ¡Uno presencia verdaderamente un milagro en cada Misa!

Falla el autor al decir que el cambio de sustancia es imposible porque Cristo se encuentra corpóreamente a la diestra del Padre. El cuerpo de Jesús, después de la Resurrección, ya no está sujeto a nuestras leyes físicas. El Evangelio nos da ejemplos donde Jesucristo, con Su cuerpo glorioso, rompía con el orden simplemente natural (ej. traspasando paredes y apareciendo-despareciendo).

¡Gloria a Dios por nuestra fe!

En esta fiesta de Corpus:

¡Gracias, Señor, por el gran don de Tu Cuerpo y Sangre!

3 comentarios:

. dijo...

Otro argumento que usan mucho es que el sacerdote no tiene el poder para bajar a Dios del cielo y que Él se transfigure en la misa.

José Angel dijo...

Me sorprende tu habilidad de analizar y defender la Fe. Y hay algo importante que quiero decirte, aunque aquí no es el lugar para hacerlo. Luego platicamos.

PD: Esa foto de perfil se me hace conocida! No se donde vi esa escena antes.

Saludos y a seguir luchando hasta el final!

Karla Edith dijo...

no lo había leído completo porque esta medio largo jajaja pero me gustó :)